sábado, 28 de noviembre de 2015

Nunca viajamos así

Llevamos ya 20 años en pareja. Nos encanta viajar.
Casi siempre elijo yo el destino y Juan (mi marido) resuelve como ir, donde parar, que hay que comer y que es lo que hay que ver en los lugares por los que pasamos.
Nos ha ido bien así, y así lo hubiéramos hecho para ir a conocer Extremadura, sino surge en una tertulia la idea de probar una forma diferente sugerida por unos amigos que habían estado en la comarca de La Vera. Nos comentan que encontraron en la web una empresa familiar situada en el centro de dicha comarca, que dispone de un apartamento con la combinación de realizar paseos guiados, que personalizan según las inquietudes manifestadas en una reunión con Carlos, que es el propietario.
La expresión de Juan cuando manifesté mi interés por conocer como contactar con Conyegar (así se llama la empresa) lo decía todo.

"¡No fastidies que vamos a ir con tour operador en nuestro propio país!"
Jajaja, rieron los amigos ante tal enfado "Juan te estás haciendo viejo, te van a llevar de la manita", jajaja
"Bueno", tercié yo "como está próximo mi cumpleaños, te ahorras el regalo pues me hace ilusión probar esta opción a ver si nos aporta una visión diferente"
El comodín del cumpleaños no falla y Juan cedió dejando claro que no se hacía responsable del resultado del viaje que quedaba como mi regalo de cumpleaños.

Es primeros de noviembre y salimos de Madrid a media tarde rumbo a Losar de La Vera. Nos separan un poco más de dos horas de camino por buena carretera. Nos aconseja Carlos un desvío antes de llegar a Navalmoral de la Mata que nos pone de cara a la sierra de Gredos con el Almanzor al frente. Está poniéndose el Sol y la luz incide perpendicular en el sistema central destacando la orografía de la cordillera. Sin darnos cuenta, hemos dejado de hablar.
Llegamos al apartamento ya anochecido y nos recibe Carlos en el salón común de la planta baja con la chimenea encendida y la mesa puesta, pues es aquí donde vamos a tomar la cena que hemos encargado: sopa de tomate, caldereta de cabra y biscuit de higos.
La cocinera es su mujer, Xiomara, que no necesita mostrar el título de la Escuela de Hostelería, pues su mejor aval es el placer con que degustamos las recetas elaboradas.
En la tertulia de la cena y, degustando un orujo de la zona, elaboramos un esquema del sábado y domingo, que nos sirvió de base, pero que luego modificamos sobre la marcha según fuimos encontrando vericuetos y lugares singulares en los paseos con el 4x4 de Conyegar.

Cuando en el atardecer del domingo estábamos entrando en Madrid le pregunto a Juan:"¿ha sido muy terrible?". Con una contenida sonrisa me dice: "esta vez has tenido suerte, sí."

Seguiremos viajando como siempre, nos va bien y nos gusta, pero ha quedado abierta una puerta que tengo la sensación volveremos a probar no sé dónde, pero será cuando veamos que una pequeña empresa familiar defiende el turismo cultural activo, como se autodefine Carlos en su modo de ver los viajes.

Carmen




1 comentario:

  1. Muy interesante la visión del viaje que nos cuentas Carmen. Una alternativa de turismo diferente a tener muy en cuenta.

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